Estas son las 12 peligrosas realidades sobre las cesáreas que ningún doctor te cuenta.

Estas son las 12 peligrosas realidades sobre las cesáreas que ningún doctor te cuenta.5shares

No importa la manera en que lo hagas, traer un bebé al mundo no es una tarea sencilla. No sólo por la trascendencia que su llegada acarrea para la vida de la madre y del resto del entorno familiar, sino por los numerosos riesgos a los cuáles una mujer se enfrenta durante la gestación y todavía más llegada la hora de tener al bebé. Muchas tienen la fortuna de poder hacerlo de manera natural; sin embargo, una cantidad considerable de mujeres lo hacen por medio de la cesárea, un procedimiento que tiene grandes detractores pero que en ocasiones, es la única alternativa posible.

Son muchos los mitos que se tejen alrededor de ella, y sobre todo las madres primerizas suelen tener cierto desconocimiento sobre lo que vendrá una vez que se haya establecido que se optará por hacerla. E incluso si ya se han tenido cesáreas anteriores, cada una representa una experiencia completamente distinta. Buenamente.com en esta oportunidad ha tomado la iniciativa de describir los 12 peligros más comunes que pasan las mujeres cuando son sometidas a este procedimiento, de manera tal que pueda exaltarse la valentía que tiene toda aquella chica que deba pasar por eso. Al terminar, seguramente sentirás más respeto por todas ellas.

1. Es igual o más dolorosa que un parto natural.

Quizás exista la falsa creencia de que no duele sólo por la ausencia de los dolores de parto. Pese a ello, algunas sí los experimentan sólo que son controlados debido a que existen ciertos elementos que impiden que el bebé nazca de esa manera. Por otro lado, el dolor de la recuperación es sumamente intenso, acompañado generalmente de diversas molestias y temores.

2. Se puede sentir cuando los doctores hurgan dentro de tu cuerpo.

Esta es una de las partes más indescriptibles de esta intervención. No duele mientras lo hacen pero todos, ABSOLUTAMENTE TODOS los movimientos que hace el médico tu cuerpo puede sentirlos. Ni hablar de lo que en ocasiones tienen que hacer para sacar al bebé (como subirse encima de ti para empujarlo) frente a tus narices y tú inmóvil, sin poder decir ni media palabra. Es una experiencia que no podrás sacar de tu cabeza jamás.

3. Es una intervención quirúrgica sumamente peligrosa.

De hecho, la mujer se expone a la muerte de manera mucho más frontal que con cualquier otro procedimiento de este tipo. Existen múltiples factores que ponen en riesgo su vida y la de su bebé mientras se realiza. Califica en el grupo de "cirugía abdominal mayor" y por eso es tan delicada. Entonces, es completamente razonable el miedo que muchas mujeres le tienen, aún sin conocer todos estos detalles.

4. Los riesgos no terminan dentro del quirófano.

Si bien es cierto, allí es donde hay más elementos de cuidado, como por ejemplo complicaciones con la presión arterial o inconvenientes con la anestesia; pero una vez que la madre pasa a recuperación, existen muchas otras cosas que pueden ocurrir y evitar que pueda recuperarse satisfactoriamente.

Existe el riesgo latente de hemorragias internas, rechazo de las suturas, infecciones resistentes, entre muchas otras. Y sin poder hacer absolutamente nada más que esperar cómo terminan evolucionando las cosas. ¡Es una experiencia para valientes!

5. El proceso de recuperación es lento y doloroso.

Tal cual cualquier otra operación, debes guardar el mayor reposo posible aunque, al mismo tiempo, debes atender las demandas de tu pequeño bebé el cual requiere de ti tu mayor disponibilidad. Hay muchas cosas que quisieras pero no puedes hacer, tanto en lo que respecta al cuidado de tu hijo como en el resto de los aspectos de tu vida. Olvídate de correr, cocinar, levantarte muy de prisa, reírte demasiado fuerte, toser, levantar peso... Algunas de hecho no pueden ni bañarse solas.

6. El bebé puede sufrir algunas afecciones respiratorias al nacer debido a la cesárea.

Dado que no fue sometido a la presión del canal de parto, no tuvo tiempo suficiente para hacer la transición correspondiente. De allí que se den este tipo de problemas. 

7. Los bebés nacidos por cesárea tienden a estar más somnolientos.

Esto ocurre a raíz de que parte de la anestesia que le es suministrada a la madre es absorbida por él antes de nacer. En los casos más extremos, el efecto dura hasta 12 horas luego del alumbramiento. La lactancia materna es una de las recomendaciones más idóneas para hacerle frente a este hecho gracias a que la leche lo reanima con mayor rapidez.

8. Si ya has tenido cesáreas anteriores, eso hace tus futuros embarazos sean más complicados.

Como ya el tejido uterino ha sido manipulado, es más débil de lo normal. Entonces, conlleva a enfrentar peligros tales como placenta anormal (bien sea previa o acreta) y rupturas uterinas. El chequeo médico es vital para mantener controladas estas situaciones.

9. La temperatura dentro del quirófano es extremadamente baja.

Eso hace más difícil mantenerte quieta, sobre todo al momento de ponerte la anestesia, donde además se une el temor del pinchazo por parte del anestesiólogo que es crucial para que el proceso inicie satisfactoriamente.

10. La piel alrededor del área de la cicatriz pierde gran parte de su sensibilidad.

O tarda muchísimo tiempo en recuperarse. Además, en ocasiones y sin motivo aparente, puede presentarse ardor o comezón. 

11. Al salir del quirófano, lo mejor es permanecer en silencio por algunas horas.

De todas maneras, la experiencia resulta tan traumática para muchas que le quedan pocas ganas de comentarla. Aún así, esta recomendación está orientada hacia evitar que la anestesia le juegue una mala pasada a la reciente mamá, causándole molestos dolores de cabeza u otro tipo de dolencias posteriores.

12. Se debe evitar comenzar alguna rutina de ejercicio al menos los tres meses posteriores a una cesárea.

Muchas mujeres se frustran al mirarse al espejo debido a la enorme llanta que queda en la zona abdominal, la cual (aunque cueste aceptarlo) es completamente normal. Es producida por la hinchazón de los músculos que son atravesados para sacar al bebé. Sólo un especialista puede valorar el momento justo en el que puedes iniciar algún régimen físico para ponerte en forma, aunque por lo general el período está comprendido entre los 3 y 6 meses.

BONO: Sentir más "flojera" es normal tras una cesárea.

La pérdida de sangre es mucho mayor que en un parto natural, lo que hace que te cueste más recuperar la vigorosidad de tu cuerpo. Los doctores prescriben algunas vitaminas para acelerar el proceso. Pero es bueno que lo sepas por si te ocurre sepas que es completamente normal (o sino puedas aprovecharte de esto para tomarte un descanso más prolongado de vez en cuando)

Sólo una madre es capaz de exponerse a tanto por traer a su hijo al mundo.

Por eso, cualquiera que haya pasado por esto debe sentirse orgullosa de sí misma por su valentía e inmenso amor.

¿Conoces algún otro detalle oculto detrás de las cesáreas? ¿Cómo ha sido tu experiencia con ellas? COMENTA y COMPARTE esta valiosa información con todos tus amigos.

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