12 Historias reales tan escalofriantes que te quitarán el sueño durante toda la noche

12 Historias reales tan escalofriantes que te quitarán el sueño durante toda la noche3shares

¿Alguna vez ha pasado algo que haga que tu pulso se acelere y tu adrenalina se eleve a niveles nunca antes experimentados? ¿Algo tan espantoso que has necesitado uno o dos minutos para reponerte? ¡A estas personas sí les ha pasado!

Asustarse es normal, todos podemos tener miedo en algún momento de nuestra vida, sin embargo, la clave de salir airosos de situaciones de espanto está en mantener la compostura, pensar detenidamente en lo que crees que escuchas o ves y, la más importante, ¡escapar del peligro!

A continuación, compartiremos las 12 historias reales más tenebrosas y horripilantes que hemos podido encontrar en la Internet. Todas ellas fueron subidas a AskReddit y aquí te las dejamos para que puedas experimentar un poco de terror antes de irte a dormir.

Suerte con pegar un ojo esta noche, ya que la necesitarás después de leer estos relatos:

1. El bailarín.

Hace 5 años, viví en una importante ciudad de los Estados Unidos. Siempre me he considerado como una persona nocturna, por lo que a menudo me encontraba aburrido con mi compañero de cuarto, quien no es de esas personas que se quedan despiertas toda la noche. Para pasar el rato, solía dar largos paseos nocturnos.
Llegué a pasar 4 años como ese, caminando solo por la noche, y nunca tuve una sola razón para sentir miedo. De hecho, solía bromear con mi compañero diciéndole que hasta los traficantes de drogas de la ciudad eran educados. Pero todo eso cambió una noche.
Era un miércoles, entre las 2:30 de la mañana y estaba caminando cerca de un parque patrullado por la policía, a una distancia considerable de mi apartamento. Había sido una noche tranquila. Mientras me encontraba de regreso a mi apartamento lo vi por primera vez, en el otro extremo de la calle, era la silueta de un hombre bailando. Era una danza extraña, parecida a un vals. El hombre se aproximaba hacia mi siguiendo su extraña danza.
Pensando que probablemente se trataba de un borracho, me acerqué lo más que pude de la carretera para darle la mayoría de la acera para pasarme. Cuando más se acercaba, más me daba cuenta de lo gracioso que se movía. Era muy alto y desgarbado, y llevaba un traje viejo. Entonces vi su cara: sus ojos estaban abiertos de par en par, su cabeza se inclinaba ligeramente hacia atrás, como si mirase el cielo, y su boca formaba una macabra sonrisa. Entre sus ojos y la sonrisa, decidí cruzar la calle antes de que se acercara más.
Dejé de verlo por unos instantes para cruzar la calle, pero cuando me encontraba al otro lado, miré hacia atrás y fue ahí cuando me detuve en seco. El hombre había dejado de bailar y estaba de pie en la calle, exactamente frente de mí, pero todavía mirando hacia el cielo y sonriendo. Decido alejarme y comienzo a caminar de nuevo, pero manteniendo la vista en el hombre, que no se movía.
Una vez que había puesto media cuadra entre nosotros, dejé de mirarlo para ver la acera delante de mí. La calle y la acera estaban completamente vacías. Todavía preocupado por el hombre, volví a mirar hacia atrás, por un breve instante sentí alivio, hasta que lo noté. Había cruzado la calle y se encontraba muy próximo a mi. Tan sólo lo había dejado de ver por no más de 10 segundos y ahora estaba demasiado cerca.
Estaba tan sorprendido que permanecí unos instantes ahí, mirándolo fijamente. Entonces comenzó a moverse hacia mí otra vez, tomando pasos gigantescos, como si se tratase de un personaje de dibujos animados. 
Me gustaría decir que en ese momento escapé, o saqué mi gas pimienta o mi teléfono celular, pero no hice nada. Me quedé allí, completamente helado, mientras el sonriente hombre se acercaba a mí. Luego se detuvo, todavía sonriente y mirando al cielo.
Cuando finalmente encontré mi voz, dejé escapar lo primero que vino a mi cabeza. Lo que quería preguntar era: ¿Qué diablos quieres?, pero lo que salió fue apenas un gemido. 
Sin importar si los humanos pueden oler el miedo o no, ciertamente pueden oírlo. Lo oí en mi propia voz y eso sólo hizo que sintiera más miedo. Aunque el hombre no reaccionó, sólo se quedó allí, sonriendo.
Entonces, después que sentí que había pasado una eternidad, el hombre se giró, muy lentamente, y comenzó a bailar. No queriendo darle la espalda a el extraño bailarín, me quedé viéndolo hasta que estuvo lo suficientemente lejos para casi perderlo de vista. En ese instante me di cuenta de algo, ya no se alejaba ni bailaba. Observé con horror cómo la forma lejana de él se hacía cada vez más grande. Estaba volviendo hacia mi, y corriendo esta vez.
Yo también corrí.
Corrí hasta estar fuera de aquella carretera lateral y de nuevo en una vía mejor iluminada con algo de trágico. Miré detrás de mi y él ya no estaba ahí. El resto del camino a casa, seguía mirando por encima de mi hombro, esperando verlo de nuevo, pero nunca apareció.
Después de eso, nunca volví a dar paseos nocturnos.

2. Fortuna.

Llevaba viviendo por lo menos una semana solo. Había llevado algo chino para cenar y estaba comiendo en frente de la televisión. Cuando terminé mi comida y abrí la galleta de la fortuna, leí el siguiente mensaje: "Tendrás un visitante nocturno esta noche, cierra tu puerta". No hubo visitantes esa noche, pero el recuerdo todavía me persigue.

3. En la vía del tren.

En una oportunidad, miré con horror cómo un chico aparentemente ebrio caía sobre una vía del tren, al mismo tiempo en que el tren se acercaba al chico. El sonido y vista del atropello ha permanecido conmigo desde entonces.

4. Golpeando el suelo.

Me encontraba de vacaciones en Ithaca con mi novio. Llevábamos, literalmente, 10 minutos de haber llegado a la ciudad cuando nos detuvimos en un puente colgante cerca del campus de Conell. Le temo a las alturas, por lo que mi novio intentaba tranquilizarme mientras cruzábamos el puente. Era muy precioso, por lo que nos detuvimos en el medio para tomar una fotografía.
Una mujer paso junto a nosotros y se ofreció a tomarnos una foto. Cuando nos negamos, ella simplemente sonrió y continuó su camino al otro lado del puente, donde saltó hacia el vacío. No hubo un segundo de vacilación. El sonido de la mujer golpeando el suelo aún me atormenta.

5. Había estado abierto todo el tiempo.

Estaba a unos 15 minutos de terminar el turno de la noche en el trabajo cuando hubo un accidente masivo en una de las ventanas de la oficina, por lo que me dirigí a ver lo que ocurría. Alguien había arrojado una roca bastante grande a través de una de las ventanas en la parte delantera del edificio. Lo que me pareció extraño, porque estaba trabajando en el distrito industrial a las 11:30 p.m. con ningún otro negocio abierto. Regresé a mi escritorio e hice una llamada rápida a los de seguridad para hacerles saber lo ocurrido y decidir si dirigirme a casa o esperar. Cuando salgo del edificio, estoy un poco paranoico, por lo que termino corriendo hasta mi coche y acelerando a toda marcha. Ya en casa, comienzo a calmarme, pero me doy cuenta que no abrí mi coche cuando entré. Había estado abierto todo el tiempo.
Pasaron 30 minutos y decido llamar a un amigo, que me dice que está bebido y voy a unirme a él. Salto en mi bicicleta y comienzo a pedalear. Es una noche agradable y no tengo ninguna prisa, cuando apenas comienzo a disfrutar de la luz de la luna, escucho a alguien montar una bicicleta detrás de mi. Doy la vuelta y veo que me pasa muy despacio. Me lanza una sonrisa que puedo describir como puramente loca, cosa que me estremece y es ahí cuando me doy cuenta de algo: el sujeto estaba montando la bicicleta de mi mamá.
Sobra decir que me regresé como alma que lleva el diablo a casa. Una vez allí, noto que una bicicleta está desaparecida y una de las puertas de mi coche está abierta. La puerta trasera izquierda. Estuve manejando durante varios minutos con una persona escondida en el asiento trasero.

6. Caída. 

Estaba de pie en mi balcón cuando vi a un hombre borracho frente a mis ojos. Me encontraba en el décimo piso y él hombre aparentemente había caído del piso 21. En la fracción de segundo que paso frente a mi, pude ver su miedo, sorpresa, incredulidad y otro montón de emociones. Entonces pude escuchar el ruido sordo que se produjo cuando tocó el suelo. Sobra decir que el hombre murió.

7. ¿Te tomó 8 años?

Después de vivir solo en mi casa por 8 años, llegué a la conclusión de que había cerrado muchas más puertas de las que había abierto.

8. Acampando solo.

Un grupo de amigos se estaban alojado en una cabaña remota que unos de los primos de mi amigo tenía. No habían carreteras que condujeran hasta la cabaña y era una buena caminata de 3 cuartos de día para llegar hasta ahí. 
Puesto que no podía ir con mis amigos debido a mi trabajo, terminé yendo un poco más tarde. Por lo que tendría que acampar en el camino por la noche (dado que una parte de la vía hasta la cabaña era demasiado peligrosa para ser cruzada de noche). No me importaba, estaba emocionado de hacerlo.
Así que me encontraba en medio del bosque cuando el sol se puso. Monté mi campamento en un pequeño claro y encendí el fuego. Hice todas esas cosas de acampar, como cocinar salchichas en el fuego y comer malvaviscos. 
Durante todo ese rato, creí oír cosas moviéndose en el bosque al borde del claro. Al principio pensé que no era nada grave, ya que los bosques están llenos de animales, pero a medida que pasaba la noche, me daba cuenta de que lo que estaba a fuera daba vueltas en círculos. Una vez que empecé a prestar atención, conté que hizo 4 o 5 vueltas. Eso me empujó a salir a investigar. El ruido se detuvo al instante en que me levanté y continuó una vez que me volví a sentar.
Pensé que podría tratarse de un zorro curioso que se asustaba cuando me ponía de pie. Por lo que decido que es hora de dormir, así que apago el fuego y entro a mi tienda. Cuando empiezo a dormitar, escucho ese ruido extraño de nuevo, pero esta vez venía acompañado de una voz.
Me desperté completamente al comprender que la voz era real y que estaba justo afuera de mi tienda. Pero no lograba comprender lo que decía.
Me quedé allí por un rato, no sé cuánto, escuchando y esperando que algo sucediera. Había suficiente luz de luna para iluminar las paredes de la tienda, así que pude ver cuando una mano presionaba la pared cerca de mi pie. Eso me asustó e hizo que sentara rápidamente. Quien estuviera fuera de la tienda echó a correr a toda velocidad hacia el bosque cuando escuchó mi movimiento.
Cuando salí de la tienda e iluminé con mi linterna, no vi nada. Esperaba que hubiera una huella sangrienta en la tienda, pero no. No pude dormir esa noche, recogí todo el campamento en la primera luz de la mañana y me fui a la cabaña.

9. ¿Quién está ahí?

Estaba en el jacuzzi con algunos amigos en la noche y todos contábamos historias. Uno de los chicos relató la historia de una joven que vivió algo espantoso (no estoy seguro de que sea cierto, pero los presentes confirmaron el relato), aquí les dejo su experiencia:
Un día, esa joven fue llamada para cuidar a unos niños. Puesto que ella solía hacerlo todo el tiempo, era algo rutinario para la chica.
Le pidieron que pusiera a los niños en la cama a las 9 y eso hizo. Después de acostarlos, comenzó a ver la televisión y hacer la tarea, esperando a que los padres regresaran. Pero entonces, comenzó a oír ruidos que salían del sótano, como cacerolas cayendo y esas cosas. Ella simplemente los ignoró, pensando que era la lavadora. Un poco más tarde, comienza a oír esos ruidos de nuevo. Así que decidió llamar a la policía para decirles que estaba escuchando ruidos extraños que provenían del sótano de la casa en la que se encontraba.
La señora de la estación le dijo que hay una patrulla en el área y que estaría en la casa en unos 20 minutos. En unos 5 minutos, la chica escucha un golpe en la puerta, al abrir, se sorprende a encontrarse a todo un equipo de policías en la casa. En ese momento, la chica dice: 'Pensé que estaban enviando a una patrulla' y uno de los oficiales le contestó: 'Después de que colgó el teléfono, escuchamos un segundo teléfono en la línea colgar'. Resultó que había un hombre en el sótano, escuchando la conversación. La señora de la estación escuchó ese segundo teléfono colgar y envió inmediatamente a un equipo SWAT para ayudarla. El hombre era un fugitivo al que se le acusaba por múltiples casos de violación.

10. ¡Estúpidas gaviotas!

Vi a un pequeño pájaro caminando en la calle cuando de repente una gaviota lo agarra con su boca. La gaviota comienza a aplastar al pájaro indefenso contra el suelo. Después de un rato, se comió al pájaro y vi como algo pasaba por su cuello: era el pájaro que estaba atrapado en su garganta. Luego la gaviota voló.
Yo estaba allí de pie y pensé: '¿Qué diablos?, las gaviotas no deberían hacer eso'.
Estúpidas gaviotas.

11. Señales en la noche.

Me encontraba jugando con una radio una vez cuando era apenas un niño. Estaba pasando lentamente a través de la estática intentado encontrar alguna estación. Había encontrado una vieja antena de televisión y la uní con la radio, lo que me permitió obtener un rango mucho más amplio de señales.
Así estaba sentado allí, a las 2 de la mañana, pasando las diferentes emisoras hasta de repente llego a una estación que estaba tocando un sonido de crujido muy extraño. Sonaba como un crujido de nudillos, o tal vez un cereal, pero con un patrón fijo y rítmico en lugar de ser al azar. Me senté ahí, escuchándolo por unos segundos, cuando de repente se detuvo y una débil voz dice: 'No funciona. Ya estamos muertos. Ya estamos muertos'.
Me tomó unos instante en procesar las palabras que acababa de oír, pero cuando por fin las procesé, casi tiré la radio del espanto. Estoy bastante seguro de que sólo era alguien jugando con un transmisor de radio, pero ¡diablos!, eso me asustó mucho en ese momento.

12. ¡No vuelvas a hacer eso!

Mi papá murió de cáncer el día que cumplí 16 años, después de dos semanas en coma. Fue muy rápido, había pasado menos de dos meses entre el diagnóstico y su muerte. Murió en la casa (habíamos contratado a un asistente y mi madre se encargó de cuidar de él en los últimos días).
Un montón de cosas extrañas sucedieron después de su muerte, pero lo que todavía me asusta cuando pienso en ello, es lo que ocurrió dentro de las 12 horas antes de su muerte. Él estaba en nuestra sala, durmiendo en el sofá, mientras que mi madre preparaba algo de comida. Nadie más estaba en la casa.
De repente, se despierta y grita por mi madre con una voz fuerte y agitada. Claramente enojado con ella. '¡Beverly! ¡No hagas eso! ¡No vuelvas a hacer eso!'
Ella corrió hasta la sala, alarmada y le pregunta qué estaba pasando, entonces él dice: 'No hagas eso. No camines frente a mi de esa manera con esa larga peluca negra'.
A veces pienso que mi papá pudo haber visto a la muerte.

¿Cuál de estas historias te asustó más?

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