¿Te parece extraño que las bananas no tengan semillas? Esta es la razón

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Las bananas son una de las frutas preferidas en nuestros hogares por diferentes razones. En primer lugar, son fáciles de pelar, su suave textura minimiza por completo el riesgo de atragantamiento, es sencillo determinar visualmente si están en buen estado o demasiado maduros, además que lo consigues en el mercado en cualquier momento del año, sólo por nombrar algunas de su larga lista de bondades.

De seguro no tienes ni idea de cuántos te has comido a lo largo de toda tu vida. Pero ¿alguna vez te has preguntado sobre su origen? En su composición hay algo muy curioso que sí despierta suspicacia en muchas personas y es que el hecho de que ¡no tiene semillas!

Si no habías caído en cuenta de eso hasta ese momento, es probable que de aquí en adelante ronde esa idea por la cabeza. Para que no ocupes demasiado tiempo en eso, Buenamente.com te trae una explicación resumida pero suficientemente detallada sobre cómo era antes y cómo llegó a ser lo que actualmente conocemos. Quedarás impresionado con su historia.

Son muy pocas las personas a quienes no le gustan las bananas

En el mundo se les conoce de diferentes maneras: plátanos, bananas y cambures son los principales nombres con el cual se denota a esta suave fruta alargada, de la cual es difícil comerse solo una gracias a su delicioso sabor y la facilidad con la que se come.

Además, son perfectas para las meriendas por su valioso aporte nutricional

De hecho, sus beneficios son tantos que pueden incluirse como parte de un desayuno saludable, en la merienda de la tarde o incluso en la cena, siempre y cuando no comas tan tarde. Se cosecha durante todo el año, así que no debes prescindir de ella en ninguna época y lo más interesante es que, además de la concha, no debes quitarle ninguna molesta semilla en su interior. 

Pero, si no tienen semillas, ¿cómo se reproducen entonces? 

Peor aún, ¿quiere decir que nunca han tenido semillas? Quizás no te habías percatado de esta situación hasta ahora o puede que sí, aunque no te habías tomado el tiempo suficiente para investigarlo. En cualquier caso, la explicación es sumamente interesante. ¿Te animas a descubrirla?

Existen evidencias científicas que confirman que el primer banano que existió era muy distinto al que conocemos actualmente

Varios estudios explican que sus orígenes se remontan al sudeste asiático, siendo el lugar donde se presume que fue cosechado por primera vez. Pero, no solo tenía semillas, sino que tampoco era suave y dulce como hoy día. 

Por el contrario, era diminuto, colmado de semillas negras y totalmente amargo

A este extraño ejemplar se le conoce como Musa acuminata (o 'plátano malayo', que es su nombre más común). Además, se cree que es la fruta más antigua que todavía existe sobre la faz de la Tierra, con una edad estimada de 7 mil años.

Entonces, ¿cuándo y por qué dejaron de tener semillas?

Aunque la Madre Naturaleza es muy sabia y suele tomar las mejores decisiones, en este caso la intervención humana tuvo mucho que ver en esta sorprendente transformación, motivada por una penosa situación que cobró la vida de miles de personas.

En la década de los 60, las bananas sufrieron un alto riesgo de desaparecer

La razón: un peligroso hongo se apoderó de todas las plantaciones de bananas del mundo. Dicha especie tenía la capacidad de propagarse por el agua y el suelo, al mismo tiempo que podía permanecer inactivo por hasta 30 años. Debido a esto, era imposible saber si algún cultivo estaba apto para el consumo y fueron destruidos la mayoría de ellos.

Produjo una epidemia que se denominó 'el mal de Panamá'

Sólo sobrevivieron unos poco en Tailandia

Para evitar su extinción, le fueron aplicados diferentes procedimientos de manipulación genética 

Como resultado de varias intervenciones, se llegó a la especie que hoy podemos degustar plácidamente.

A raíz de eso, quedó libre de semillas

Asimismo, su sabor y textura fueron mejoradas

Lo más asombroso es que desde allí, su mecanismo de reproducción es completamente diferente

Se suprimió por completo su proceso de polinización. Por consiguiente, no necesita semillas para propagarse. Es suficiente con un bulbo que crece de forma subterráneo.

Para resumir el proceso: de un bananero nace otro bananero

Como ves, la evolución de las bananas es sumamente interesante

Su caso es la prueba de que no toda la intervención humana en la genética tiene consecuencias negativas. De no haber sido por eso, nos habríamos perdido de su insuperable sabor.

¿Qué opinas sobre su sorprendente evolución histórica? Deja tus COMENTARIOS y COMPARTE con tus amigos esta nota

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