Secretos De Los Masajistas Que Te Harán Alucinar

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Se dice que el origen del masaje terapéutico es tan antiguo como el hombre ya que surgió de manera instintiva al friccionarnos con la palma de la mano la zona donde sentimos un dolor. Desde el punto de vista bibliográfico la primera mención a esta técnica viene recogida en el libro taoísta ‘Hong Fou’, escrito en el año dos mil antes de Cristo, en el que aparecen unos grabados de ejercicios de gimnasia y masaje.

En la India, aproximadamente en el año 1.700 antes de Cristo, algunos libros citan la práctica de fricciones y percusiones para fines rituales y terapéuticos y, en Egipto, era una técnica curativa y sagrada reservada únicamente para los faraones. En la Grecia antigua el masaje tuvo tal relevancia que se conservan múltiples referencias al masaje tanto con fines terapéuticos como estéticos o deportivos.

Con el inicio de la Edad Media, época en la que el cuerpo era considerado como algo pecaminoso, el masaje queda en un segundo plano y apenas hay referencias a esta técnica que resurge en el Renacimiento, cuando los grandes pensadores abogan por el cuidado del cuerpo y la educación física, y explota definitivamente en el siglo XIX, cuando Mezger, Estradere, Mitchell o Kellog, subrayan su importancia como terapia alternativa.

Hoy en día, está definido como “operación consistente en presionar, frotar o golpear rítmicamente y con intensidad adecuada determinadas regiones del cuerpo, principalmente las masas musculares, con fines terapéuticos, deportivos, estéticos, etc…”.

Diferentes estudios diferencian entre efectos mecánicos y efectos mentales o psicosomáticos. Los efectos mecánicos se pueden dividir en locales (donde se aplica el masaje) y reflejos (a cierta distancia de la zona donde se produce). Actúan sobre la circulación de la sangre, el sistema nervioso, el tejido muscular, la piel y los huesos. Algunos expertos remarcan que la concentración del masajista y la relajación del paciente harán que el masaje tenga un efecto superior.

Esta terapia natural ayuda a combatir el estrés, la vida sedentaria y los desequilibrios físicos y psicológicos, apoyando la relajación y el bienestar y facilitando la recuperación de múltiples dolencias. 

Sólo los profesionales debidamente titulados están capacitados para dar un masaje terapéutico. Lamentablemente el intrusismo en esta profesión está muy extendido y los riesgos para la salud son muy altos si acudes a ‘profesionales’ no homologados. Un masaje es una terapia y debe ser adaptado a cada persona de acuerdo con su estado físico y psíquico.

Queremos agradecer a estas terapeutas que no escatimaron en obsequiarnos la información que siempre quisimos conocer respecto a esta profesión: Noelle Nieva, de The Brooklyn Body Shop, en Brooklyn (Nueva York); Elise Watson, de Balanced Harmony Massage, en Virginia Beach (Virginia); y Geraldine Villeneuve, autora de Put Your Best Feet Forward.

1. Los masajes no son privilegio de millonarios o gente famosa.

"Si fuera un hombre rico..."

Puedes encontrar un masajista profesional por una tarifa decente, no es necesario ir al spa que visitan los artistas de tu cuidad. Lo importante es que el masajista sea bueno en su tarea y que el masaje te ayude a sentirte bien. Te darás cuenta como las dolencias de tu cuerpo se minimizarán y sentirás mucho bienestar.

2. Si sabes que esperar o si no, lo importante es comunicarte bien con tu masajista.

"Háblame, háblame, háblame, háblame"

Es importante que le digas al masajista exactamente en qué zonas necesitas que se enfoque y que tanto debe esforzarse. Una personas esperan un masaje en general con tiempo adicional centrado en una zona específica. Otras querrán hacer énfasis en una zona específica todo el rato. Igual es importante saber si te duele al presionar o si debemos hacerlo más tiempo. Dejar claras tus necesidades a lo largo de la sesión permitirá que saques el máximo partido a tu tiempo sobre la camilla de masaje. Y los resultados serán mucho más efectivos, te irás sintiéndote relajado y rejuvenecido.

3. Los masajistas tienen mucho conocimiento de anatomía y fisiología, y manejan diferentes técnicas de masaje.

Para graduarse, un masajista profesional estudia 2 años. Durante ese tiempo ven anatomía, fisiología y todas las diferentes técnicas de masaje. Masaje Shiatsu/tailandés, sueco de tejido profundo, masajes de piedra caliente y reflexología, por nombrar algunos. Estos estudios ofrecen una buena base para trabajar antes especializarse en técnicas específicas, como el drenaje linfático, la terapia craneosacral o los masajes deportivos. 

4. Programa tu cita con antelación para que tu experiencia sea agradable, pues los masajistas siempre tienen la agenda llena.

Generalemente un buen masajista no tiene espacios en blanco en su planificación y a cada cliente le dedican un bloque de tiempo determinado. Llegar a tiempo te garantizará una experiencia mejor, porque permitirá realizar el ciclo completo del masaje sin apuros.

5. No es anormal (aunque sí vergonzoso) tener una erección en pleno masaje.

Es una respuesta natural y normal al tacto, pero los masajistas suelen ser muy discretos, ya que los clientes esperan relajarse y no sentirse apenados. Un masajista profesional, en todo caso, pondrá toallas extra sobre la zona, para seguir trabajando.

6. Ni sueñes en tener un "final feliz".

Masturbaciones, sexo oral, lluvia dorada… olvida todo eso. Un masajista terapéutico puede ofenderse e incluso pedirte que te retires de las instalaciones o irse si es el (o ella) quien está en tu domicilio u oficina. Los masajes y sevicios sexuales son una ocupación totalmente distinta y aunque la gente pueda confundirlo, no están relacionados.

7. POR FAVOR, toma una ducha antes de ir a recibir el masaje.

"¿A QUÉ HUELE?"

Lo ideal es que vayas a recibir el masaje limpio y oliendo bie, ya que el masajista tendrá que hacer mucha fricción sobre tu cuerpo, debe estar muy cerca de tí y olerte. Con respecto a esto último, los perfumes y aromas también deben ser moderados porque igual molestan.

8. Un aseo general e higiene básica es lo más recomendable.

No es solo el olor. También es incómodo masajear un cuerpo sudado, o que tenga las uñas largas que producen arañazos, así como personas que vayan con los pies sucios son todas condiciones que hacen el trabajo del masajista muy desagradable. Algunos masajistas te permitirán remojar los pies antes del masaje, pero no muchos.

9. Los masajes a los pies pueden hacer que veas la vida de otra manera.

Masajear los pies tiene una serie de beneficios incontables y permite tratar problemas en todo el cuerpo, músculos y órganos. Cargar mal un peso, usar calzado que haga doler los pies, pasar mucho tiempo de pie y hasta la forma de caminar son factores que causas inconvenientes. Un masaje adecuado en la zona correcta del pie, puede aliviar hasta un dolor de espaldas.

10. El masaje dejará salir las impurezas de tu piel y tu cuerpo, a través de tus poros.

Así que si tuviste una noche de copas, fumas o estás en algún tratamiento médico, transpirarás ese olor. Esto pasa porque los masajes mueven de acá para allá los fluidos que rodean los tejidos celulares (líquidos intersticiales) y abren los poros, así que cualquier toxina que tengas en tu cuerpo saldrá por ellos. 

11. Luego del masaje, hidrátate bien y practica alguna actividad recreativa para que mantengas la sensación de bienestar.

Bien sea ir a trotar o echarte a ver televisión, siempre que tomes mucha agua, te mantendrás limpio y desintoxicado. Puedes acompañarlo con un toque de limón si es de tu gusto.

12. Es totalmente inapropiado emitir gemidos y chillidos ruidosos.

Por más que estés disfrutando el masaje, esos grititos y gemidos ruidosos distraen al masajista de su labor, además lo hacen incómodos. Está totalmente fuera de lugar.

13. Ya los masajistas han visto todos los tipos de cuerpo posible, y no te van a juzgar por el tuyo, así que no sientas vergüenza o pudor.

"He visto de todo. Lo he visto todo"

Los masajistas son profesionales, no hay razón para avergonzarse. El masaje debe ser sin ropa para que haga el efecto correcto, y hay cierta áreas que deben estar descubiertas. No es fácil masajear las caderas si hay que estar moviendo la tanga hacia arriba y hacia abajo. Por lo tanto, pierde ese pudor y sácate la ropa para obtener una experiencia total de relajación.

14. Por supuesto, los límites siempre serán respetados.

La idea es que te sientas respetado y seguro con tu masajista, así que relájate y recibe la terapia que necesitas. Generalmente, a menos que el masaje lo amerite, nunca se masajean los tejidos mamarios (mujeres ni hombres) ni se sube por encima de la mitad del muslo.

15. El masaje es (debería ser) para todo el mundo.

"Donde has estado toda mi vida"

Para dolor de espalda, lesiones deportivas, recuperación de una operación, un masaje es la panacéa, bien sea muscular o un drenaje linfático. No hay límites de los lugares que puedes masajear y cualquier puede hacerlo. Los clientes de un masajista son tan diversos como el ciudadano de a pie que practica deportes hasta famosos y militares. La recuperación física se apoya en esencia en los masajes, y son increíbles para el estrés y la angustia emocional.

16. Unos días antes de cualquier evento que involucre actividad física, no dejes de visitar a tu masajista.

Los masajes harán que tus músculos estén en mejor forma. Comenzando algunos días antes del evento (ya sea un torneo de basquetbol o una mudanza), estarás a tono y preparado para el reto a enfrentar.

17. Pide referencias a tu doctor si estuviste enfermo recientemente, te lesionaste o estás bajo tratamiento, antes de empezar con los masajes.

"ERES BUENO"

Empezar un masaje si no estas con buena salud, puede ser muy contraproducente, así que si te lesionaste hace poco, mejor que sea tu el que decida si la lesión ya puede ser masajeada. Igual si recientemente te enfermaste o estás tomando medicamentos, debes pedir ayuda al doctor, debido a que los masajes pueden afectar moderadamente a las funciones del hígado y de los riñones, y así cambiar o anular la acción de los medicamentos. Cuando tu médico te dé su bendición, corre a recibir tus masajes..

18. Los masajistas son personas serviciales, con ganas de ayudar a los demás y muy compasivos.

La meta de cualquier masajista es lograr el bienestar físico y mental de sus clientes. Es posible que en principio cualquier de ellos se haya iniciado en esta profesión por razones distintas, pero todos tienen en común el deseo de ayudar a la gente a sentirse mejor con ellos mismos.

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