La bondad de esta mujer transformó la vida de un mapache ciego y sus dos amigos felinos.

La bondad de esta mujer transformó la vida de un mapache ciego y sus dos amigos felinos.3shares

La calidad humana y el sentido de solidaridad dicen mucho sobre la personalidad de cada uno de nosotros. En tiempos anteriores, era bastante común que los unos se preocuparan por los y se brindaran asistencia oportuna y desinteresada. Pero, con la llegada de las nuevas tecnologías aunado al hecho del incesante aumento de los índices de criminalidad y vandalismo, muchos han dejado de lado esta costumbre, prefiriendo ocuparse de su propia vida casi exclusivamente, haciendo caso omiso de lo que ocurra a su alrededor.

A pesar de eso, aún existe por el mundo una que otra alma noble que, sin esperar ningún tipo de retribución, se avoca a ayudar a cualquier ser vivo que requiera de sus cuidados. La historia que veremos a continuación involucra a una mujer llamada Eryn, un mapache ciego y dos gatos negros. Con esa descripción, ¿qué cuento se podría escribir? La sorpresa que te llevarás será grata después de que te enteres las múltiples formas de cómo cada uno de ellos se ayudó entre sí. Un conmovedor y alecionador testimonio de bondad.

Un particular mapache comenzó a llegar todos los días a la puerta de su jardín.

Le llamaba la atención que este singular personaje no llegaba solo, sino que venía custodiado por dos gatos color azabache que permanecían vigilantes de todos sus movimientos.

Al cabo de algún tiempo, la mujer notó a que se debía semejante acompañamiento.

En los días siguientes, prestó mayor atención a la interacción entre ellos hasta que se percató de que ¡el mapache estaba ciego! Se tropezaba con las cosas y le tenía miedo a muchas de las cosas que encontraba a su alrededor.

Por su condición, obviamente se le dificultaba mantenerse a salvo.

Así que los dos gatos negros se auto adjudicaron el cargo de sus guardaespaldas. ¡Guiaban cada uno de sus pasos!

Esta mujer de Illinois, llamada Eryn, quedó profundamente conmovida por el enternecedor cuadro.

Así que todos los días, desde el 2009 cuando aparecieron por primera vez en su patio, les dejaba alimento para los tres.

Así transcurrió el tiempo y durante cinco años el trío aparecía sin falta a degustar de sus alimentos.

Hasta que un día, ocurrió algo completamente inesperado.

A finales de octubre de 2014, los dos gatos llegaron, pero esta vez sin su inseparable amigo.

Como era de imaginar, la vida del mapache había llegado a su fin.

A Eryn la noticia la entristeció mucho pero decidió seguir con su idea original.

Siguió colocándole comida a los dos gatos, como recompensa por su noble corazón al ayudar a su entrañable amigo.

Al poco tiempo, ella decidió tomar una medida más definitiva.

Así que ¡adoptó formalmente a los dos ex guardaespaldas!

Estos afortunados mininos habían conseguido una familia a la cual pertenecer.

Donde ya había otro felino que, para la buena suerte de todos, hizo amistad con ellos rápidamente.

La tarea de domesticarlos no fue fácil.

Pero luego de innumerables rasguños, heridas y sangre, finalmente logró ganarse su confianza y hacerlos sentir como en casa. Allí los llevó al veterinario e hizo el papeleo necesario.

El mapache dejó a estos gatitos en un hogar amoroso.

Ahora están viviendo una vida tranquila y llena de mucho cariño.

Esta entrañable amistad es digna de admiración.

Una historia realmente mágica y aleccionadora.

Gracias a Dios que todavía existen personas como Eryn que es capaz de brindarle una mano amiga todo aquel que lo necesita, sin distinción de credo, raza, nación o incluso especie.

¿Qué hubieras hecho tú en su lugar? COMENTA y COMPARTE esta inspiradora historia con todos tus amigos.

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