Este hombre desafió a la muerte para fotografiar al último cazador de miel del Himalaya

Este hombre desafió a la muerte para fotografiar al último cazador de miel del Himalaya0shares

Renan Ozturk y su equipo admiten que en realidad no estaban preparados para las abejas gigantes de los Himalayas. Ellos estaban guindando desde un risco a 200 pies de altura, documentando la labor de Mauli Dhan, la última persona que queda que recolecta la miel alucinógena que producen la abejas de Nepal oriental, cuando Ozturk se dio cuenta que su traje para abejas hecho en Estados Unidos no iba a resistir los aguijones locales. Las abejas del Himalaya son del doble del tamaño de las de Estados Unidos y su aguijón puede atravesar sin problemas la ropa protectora.

“Estoy acostumbrado a hacer historias realmente desafiantes para las que debo escalar montañas, así que teniendo esos antecedentes de escalada, pensamos que esto no sería la gran cosa," dijo el nativo de Utah. "Pero en realidad fue mucho más de lo que esperábamos."

Y mientras Mauli trepa por los riscos hasta los panales sin protección, arnés, ni zapatos...

Ozturk y el escritor Mark Synnott cargaban equipo fotográfico, 200 libras de cuerda y un asiento de madera improvisado para que el arnés no les cortara la circulación de las piernas. "Es verdaderamente desafiante tener el peso de la cuerda sobre ti y tienes que tener suficiente cuerda como para ser capaz de escapar al suelo en caso de que te dé una reacción alérgica,” dijo Ozturk.

Además de halar equipo difícil de manejar, Ozturk tuvo que encontrar la manera de estabilizarse para poder fotografiar el trabajo de Mauli.

“Una vez que bajas del risco, empiezas a girar incontrolablemente, así que tratas de agarrarte de algo para estabilizarte, pero no había suficiente tiempo y era muy difícil hacerlo," dijo.

Ozturk y Synnott sólo pudieron enfrentar la acción por 10 segundos antes de girar sin control

Así que tuvieron que inventar una manera de patearse el uno al otro para alcanzar una posición quieta por un período de tiempo más largo.

“Es una situación muy difícil para lograr concentrarse, además que todo pasa demasiado rápido” 

“Los cazadores de miel tienen un proceso mediante el cual atraviesan el sitio donde todo ocurre rápida y eficientemente, porque ellos no tienen todo este equipo moderno.” dijo Ozturk, quien sufrió unas 30 a 50 picaduras.

"Lo más importante, sin embargo, era ser completamente silencioso"

“Sólo quieres darle al sujeto su espacio, no tocarlo ni interferir de ninguna manera con nada de lo que está haciendo, porque eso podría llevar a su muerte,” dijo.

Esto era especialmente desafiante, porque Ozturk cultivó una relación cercana con Mauli.

Pasó horas entrevistándolo en su hogar en Kulung, siguiéndolo mientras cosechaba su cultivo en los campos de su pequeño pueblo, e incluso hablando con él en Nepalí, el cual Ozturk había aprendido durante un programa de estudios en el extranjero.

“Después de todo, sentimos que éramos amigos de esta gente y parte de su equipo, más que simplemente fotógrafos documentando su labor”

Desde que regresaron a casa, Ozturk desarrolló una alergia severa a las picaduras de abeja que lo llevó al hospital

Mientras estaba en una asignación en el Congo, con acceso limitado a atención médica, tuvo que administrarse una inyección de epinefrina, porque sentía que sus vías respiratorias se estaban cerrando y su cara se estaba hinchando.

“Supongo que funciona en la manera opuesta,” dijo

“De alguna manera es contraintuitivo, mientras más te pican, más alergia desarrollas.”

Pero ni siquiera la alergia detendrá a Ozturk de volver a Nepal

Él ha estado visitando el país por 15 años y no tiene escasez de historias futuras en el país himalayo. Para él, todos los problemas valieron la pena.

“Fue algo increíble de ver a pesar de todos los desafíos que tuvimos,” dijo

“Es muy impresionante ver lo que hacen allá arriba y tener la oportunidad de documentarlo.”
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