Él logró fotografiar la vida de una de la mafia japonesa más peligrosa y salir con vida.

Él logró fotografiar la vida de una de la mafia japonesa más peligrosa y salir con vida.550shares

En muchos países existen bandas de crimen organizado que causas estragos entre su población circundante. Mucho de lo que sabemos sobre ellas proviene de las aproximaciones que hacen las películas además de algunos documentales indagatorios. Aún así, nada mejor que llegar hasta la misma fuente para valorar todo lo que representa ser miembro de este tipo de organizaciones.

En este sentido, en Japón son los Yazuka quienes lideran este rubro. Considerada la pandilla más numerosa de todo el mundo, sus enigmáticas costumbres despertaron la curiosidad de un fotógrafo belga llamado Anton Kusters. Motivado a ello, inició su recorrido para obtener la aprobación de fotografiarlos y los resultados fueron sencillamente alucinantes. Sigue leyendo para comprobarlo.

La vida de los integrantes de la mafia japonesa de los Yakuza era un gran misterio.

Tanto dentro como fuera del territorio japonés, sus peculiares costumbres eran consideradas una especie de "subcultura inaccesible", siendo el único detalle claro que son altamente peligrosos.

Fue en el 2008 cuando el fotógrafo belga Anton Kusters inicia los trámites para su ambicioso nuevo proyecto.

El arduo proceso de negociaciones finalmente dio frutos en 2009, siéndole concedido el derecho a él junto con su hermano Malik tanto convivir como documentar en fotografías todo lo que hacían durante un período de dos año. ¡Vaya logro!

Sabía que era difícil más no imposible. Por eso, desde un principio dejó claro su intención.

“Mi objetivo para este proyecto era muy simple: entender qué es ser un Yakuza, qué significa tener un pie dentro de la sociedad y otro fuera y qué significa saber que eres bueno y malo al mismo tiempo”.

Requirió un tiempo mayor al esperado.

“Tuvimos que negociar con ellos alrededor de 10 meses antes de que nos permitieran sacar fotos”.

Aún así, afirma que fue una experiencia transformadora para sí mismo.

“Aparte de los elementos criminales, son personas normales, como tú y yo, pero que optaron por dedicar parte de su ser a integrar la yakuza." 

Es considerada la pandilla con mayor cantidad de integrantes a nivel mundial.

La cifra supera los 100 mil miembros. ¡Wow!

"Por supuesto, no todos son mafiosos tatuados que van cortando cabezas con espadas”.

Kusters resumió su experiencia entre los Yakuza en un libro publicado en julio de 2011.

Como dato curioso, las copias se agotaron en un mes y cuatro días de haberse comenzado a vender.

Debido a su amplia aceptación, fue publicada una segunda edición en octubre de 2011.

Ellos han desarrollado sus propios métodos de castigo para aquellos que incumplan las reglas.

El principal se le conoce como "Yubitsume". En él, la persona que cometió la falta debe por sí misma amputar parte de uno de sus meñiques de las manos utilizando como herramienta de corte un cuchillo de plata. No obstante lo cruel que ya es, no está permitido el uso de anestesia. ¡Imagina cuánto dolor!

Aunque no llevan un registro oficial, se presume que más de la mitad de sus miembros han cercenado alguno de sus meñiques.

Los menos afortunados, ambos.

Incluso fue testigo presencial del funeral de unos de los jefes de alto rango.

Apartando las turbias actividades desempeñadas por esta organización nipona, se considera un privilegio haber podido no sólo estar allí sino además fotografiarlo. Para que tengas una idea, ningún periodista ha tenido acceso antes a este tipo de material. Así de especial fue.

Su rutina diaria está plagada de crímenes, malos hábitos y derroche desmedido.

Existe un respeto jerárquico inquebrantable.

No creas que las mujeres tienen un trato diferente por un asunto de género.

Viven sumergidos en un mundo de extrema sobriedad.

Manejan todo tipo de medidas de resguardo personal.

Kusters afirma que vivió momentos de tensión extrema.

Los atuendos y accesorios oscuros eran la orden del día.

En palabras del mismo Kusters: "Aunque a veces den rienda suelta a sus instintos criminales, no dejan de ser humanos".

Para Anton esta experiencia marcó un hito en su camino de vida.

Fueron 780 días de emociones extremas y mucha adrenalina. Una interesante iniciativa que terminó demostrando que las bandas de crimen organizado se consideran una familia y como tal se cuidan.

Referencias: Antonio Kusters.

¿Cuál otra banda de la mafia conoces? ¿Qué te parece la experiencia de este artista? COMENTA y COMPARTE con tus amigos esta interesante galería de fotos.

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