De empresario a filántropo: Este hombre renunció a su trabajo para cambiar al mundo
Cuando pensamos en nuestra vida ideal, generalmente nos imaginamos rodeados de lujos, viviendo en hermosos penthouses, manejando coches de lujo, viajando por el mundo y teniendo un trabajo muy bien remunerado. Parece que fuese fácil escoger nuestro camino a la felicidad de esa manera, ¿no crees?
Sin embargo, un hombre que parecía tener la vida que siempre soñó se dio cuenta que el dinero no lograba satisfacerlo, sino el bien común. Tras tener una reveladora experiencia con un niño de la India, este chico descubrió que su verdadera felicidad estaba en ayudar a los demás para así cambiar el mundo...
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Todos conozcan a Adam Braun.
Un emprendedor estadounidense de 34 años que ha estado inspirando a miles de personas a través de su maravillosa historia. Y es que a pesar de haber tenido un exitoso y privilegiado trabajo, él decidió dejarlo todo para hacer algo mucho mejor: ¡cambiar al mundo!
Cuando Adam tenía tan solo 25 años, parecía tener todo lo que necesitaba.
Un título de una universidad de Ivy League, un trabajo privilegiado en fondos de cobertura, una exitosa carrera en Bain & Company, un guardarropa lleno de trajes de negocios y un montón de dinero para viajar por el mundo.
Pero entonces descubrió que su exitoso trabajo en Wall Street y su departamento de lujo no era suficiente.
A pesar de haber tenido la vida que muchos desearían, Adam descubrió que su camino hacia la felicidad lo llevaba a otro rumbo. Y luego de conocer a un niño pobre en la India, supo inmediatamente lo que debía hacer.
Al darse cuenta que su vida soñada había dejado de satisfacerlo, decidió salir de su zona de confort.
Así que viajó a países como África, India y Vietnam. Pero fue en India donde su vida empezó a cambiar. Allí conoció a un niño que nunca había ido a la escuela y que tenía una vida completamente diferente a la de él.
El pequeño había visto a otros niños escribiendo con lápices y su único deseo en ese momento era tener un lápiz también.
"¿Qué es lo que más quieres en el mundo?", le preguntó Adam.
-"Un lápiz", respondió el pequeño.
Adam se sentía consternado de que ese niño nunca hubiese ido a la escuela.
Fue entonces cuando reflexionó que habían muchísimos niños en la misma situación.
De hecho, ¿sabías que 263 millones de niños y otros jóvenes no tienen acceso a una educación adecuada?
Es más, mucho de ellos llegan a la vida adulta sin haber recibido ninguna clase de educación básica.
"¿Podría algo tan pequeño como un lápiz, la base de una educación, desbloquear el potencial de un niño?", comenta Adam en su libro.
Luego de su revelador viaje, Adam regresó a Estados Unidos y decidió fundar "Pencils of Promise" (lápices de promesas), una compañía sin fines de lucro.
Con la esperanza de construir la primera escuela en Phatheng, Sudáfrica.
Pero para poder perseguir su sueño y continuar con el desarrollo de esta organización, Adam tuvo que renunciar a su trabajo en 2010.
"El mayor de los sueños a menudo comienza con actos pequeños e irrazonables".
Curiosamente, él fundó "Pencils of Promise" con solo 25 dólares de su dinero.
Centrándose en cambio en recaudar fondos de otras personas a través de eventos de base y redes sociales.
Por supuesto, su decisión no fue nada sencilla. Pero él estudio el proceso, encontró a personas con experiencia y les pidió ayuda.
Y finalmente pudo abrir la escuela en Phatheng.
Luego de 4 años, ya Pencils of Promise había fundado más de 100 escuelas.
Y en 2017, habían abierto más de 410 escuelas, brindando educación a más de 70.000 niños alrededor del mundo.
En su libro, Adam cuenta todas las luchas, dudas y problemas que enfrentó.
Describiendo con detalle todo el proceso de vida de su organización, la fundación de la primera escuela, la creación del equipo internacional y la atracción de sumas de 6 cifras de benefactores.
En la actualidad, Adam es jefe de Pencils of Promise.
Durante los últimos años ha sido considerado una de las personas más influyentes que han logrado cambiar el mundo, incluso ha hablado en la Casa Blanca, en el Foro Económico Mundial y en las Naciones Unidas.
Mira cómo se ven sus alumnos:
El 16 de Junio del 2009 ( casi 9 años) nuestra primera escuela en Pha Theung fue terminada.
¡Que ojos!
Hay escuelas en Latinoamérica
¡Gracias!
Y pensar que todo empezó con una simple promesa escrita con lápiz.
Resulta refrescante encontrar a personas tan buenas como Adam.
Estamos seguros que el mundo sería un lugar muchísimo mejor si todos siguiéramos su ejemplo.
Y tú, ¿qué opinas al respecto? ¿Dejarías tu trabajo para cambiar al mundo?
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