Cuando te sientas desanimado, recuerda la parábola del helecho y el bambú

Cuando te sientas desanimado, recuerda la parábola del helecho y el bambú0shares

Desde que tenemos conciencia, nuestro primer objetivo en la vida es alcanzar la felicidad y el éxito, evidentemente, nos planteamos un futuro y los posibles destinos a los que queremos llegar, y trabajamos duramente para alcanzarlos. 

Pero en ocasiones no tenemos la suficiente paciencia para esperar los resultados y nos encontramos faltos de ánimo y motivación, casi dispuestos a renunciar, sin saber que todo el esfuerzo que hemos puesto hasta ese momento quizás está a punto de dar frutos. Esto nos aleja inevitablemente de la felicidad que tanto anhelamos y que por momentos, colocamos erróneamente en un segundo lugar. 

Esta hermosa parábola habla precisamente de ello, por lo que en Buenamente hemos decidido compartirla con ustedes, para ayudarlos a encontrar impulso e inspiración en esos momentos en que sientan que su esfuerzo ha sido en vano. 

El helecho y el bambú

Hubo una vez un carpintero que sentía que tenía todo en la vida. Una bella esposa, una hermosa familia y un oficio que le proporcionaba la estabilidad económica que necesitaba para cuidar de esta felicidad. 

Los problemas llegaron

Sin embargo, un buen día los problemas llegaron sin avisar y tambalearon su preciada estabilidad. Su esposa y él no paraban de discutir y sus hijos se veían tristes y afectados. Fue cuando sintió que su felicidad se alejaba. 

A punto de renunciar

En ese momento, la desesperanza se había apoderado de él, y dado que las cosas no parecían mejorar, estaba a punto de abandonarlo todo. 

En busca de consejo

El hombre recordó que había un viejo sabio viviendo en el bosque, así que decidió ir en su busca para pedirle alguna orientación. 

En búsqueda de el sabio anciano 

Luego de caminar varias horas, encontró la casa del anciano quien no dudó en mostrarse hospitalario con el visitante y le le invitó a tomar té. 

Mientras bebían el té, el sabio notó que el carpintero lucía preocupado y le convido a desahogarse

Inmediatamente, el hombre contó todas sus penas y preocupaciones, mientras el anciano escuchaba atento a sus palabras

Cuanto terminó de hablar, el sabio le invitó al jardín trasero de la casa, justo donde un helecho y un bambú se hacían compañía

El anciano le pidió a carpintero que observara aquellas plantas que destacaban entre la frondosidad del jardín 

"Voy a contarte la historia de estas plantas". Le dijo, y continuó con voz serena. "Hace 8 años planté ambas semillas en mi jardín

Lo hice porque ambos me parecen reconfortantes, así qui cuidé de ellos con espero y dedicación, como si fueran un tesoro

Pero pronto, noté que cada una respondía de forma diferente. Por ejemplo, el helecho comenzó a brotar casi de inmediato

En unos meses ya era una hermosa planta, mientras que el bambú no daba muestras de vida

Al cabo de un año el helecho ya desplegaba majestuosidad, y el bambú permanecía bajo tierra. Aún así cuidaba de ambas con el mismo esmero

Cinco años después, finalmente algo se asomó entre la tierra. Un pequeño brote que tímidamente se asomaba a la luz

En unos meses, y para mi mayor sorpresa, el bambú era una hermosa planta de más de 10 metros

¿Sabes por qué le tomó tanto tiempo salir a la luz?

Ese tiempo lo usó para desarrollar unas buenas y resistentes raíces, pues sabía que las necesitaría cuando se elevara a esta maravillosa altura

¿Ahora entiendes mejor?" Finalizó el maestro

El carpintero entendió. Sus luchas actuales estaban formando las raíces que más tarde sostendrían los frutos, solo era cuestión de esperar

Antes de que volviera a casa, el anciano le regaló un poderoso mensaje que todos deberíamos tener presente siempre

Recuerda esta historia cuando te sientas desanimado, y no olvides compartirla 

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