7 Tips que ayudarán a cualquier padre a entender por qué debe evitar gritarle a sus hijos

7 Tips que ayudarán a cualquier padre a entender por qué debe evitar gritarle a sus hijos1shares

Criar a un hijo no es una tarea fácil. A medida que va creciendo, cada uno manifiesta ciertos rasgos de su personalidad los cuales cada padre debe orientar para que se desarrolle de la manera más sana posible. Hay algunos cuyos caracteres son más afables y tienden a ser sumamente obedientes, pero hay otros que, no importa las veces que les digas las cosas, no atienden tal cual como si estuvieran sordos.

Es allí cuando solemos perder la paciencia y comenzamos a levantar la voz, creyendo que eso será suficiente para captar su atención y, aunque funciona momentáneamente, luego reincide en el mismo comportamiento; lo que conlleva en muchos casos a los tan incómodo gritos.

Muchos especialistas confirman que el efecto que producen los gritos es totalmente contrario al esperado. De hecho, los niños que atienden con ellos es a raíz del miedo y no del respeto. Por eso, resulta tan nocivo para la evolución emocionalmente sana del niño. En base a lo anterior, hemos hecho una recopilación de 7 de los más aceptados consejos que todo padre debe saber para evitar gritarle a sus pequeños. Obviamente no es sencillo, pero tampoco imposible. Sigue leyendo para aprender cómo hacerlo.

Hay padres que tienen la falsa creencia que los gritos ayudan a infundir respeto en sus hijos.

Pero realmente producen una reacción contraria. Los niños se acostumbran a ese tono de voz, a tal punto de no reaccionar ante otro tipo de estímulos, por ejemplo cuando se les pide las cosas en un tono de voz normal o suave. O peor aún, reaccionan desde el miedo que les genera el aumento del tono de voz.

Gritar es un hábito que debemos desaparecer y sustituirlo por uno más saludable.

Dejar de gritar no es fácil porque supone tener un gran autocontrol sobre nuestras emociones, sobre todo de la ira y la rabia que genera ver la desobediencia en nuestros hijos. Pero los resultados en la relación con ellos valdrá enormemente la pena.

Con estos tips entenderás por qué no debes hacerlo.

Verás que tus hijos te lo agradecerán.

1. Cada grito produce una consecuencia.

Y no precisamente la que esperas. Cuando nos acostumbramos a gritarle a nuestros hijos, le damos rienda suelta a la ira, dejando de trabajar el autocontrol. Por su parte, en los hijos se va creando un sentimiento de miedo ante tal reacción. De seguro que ningún padre querría eso ni para sus niños ni para sí mismo.

2. Aún en momentos extremos, es importante no olvidar las palabras "permiso", "perdón" y "gracias".

Es importante como padres aprender a reconocer, en un primer momento, cuando actuamos equivocadamente; y en segundo, aprender a promover un comportamiento positivo ante nuestros niños. Eso les enseñará con el ejemplo que lo más importante no es ser perfecto sino tener la valentía para rectificar. 

3. Es importante trabajar la forma cómo manejas tus emociones.

Si a ti que eres adulto te cuesta, imagínate cómo será para un niño. Por eso, ellos seguirán el ejemplo que tú les des en ese aspecto. No queda más que armarse de valor para buscar una forma más adecuada de demostrar los sentimientos negativos donde ninguno salga perdiendo.

4. E igualmente ayudar a tu hijo a trabajar las suyas.

El primer paso es con tu ejemplo, pero también te toca enseñarle que sus emociones son importantes y puede manifestarlas abiertamente. De igual manera, tienes que hacerlos sentir cómodos contigo para que sepan que contarán contigo en el momento que lo necesiten, sin juzgarlos. Así es cómo podrán aprender a identificar lo que sientes, por qué lo sienten y cómo manejarlo.

5. Sé coherente y firme con lo que le dices a tu hijo.

Hay que hacerles entender tus puntos de vista y las razones que justifican tus decisiones en torno a él. Es muy importante que no cedas ante sus berrinches porque perderás el control de la situación y eso los llevará por un mal camino.

6. Recuerda cómo te sentías de niño cuando te gritaban.

Tu hijo no tiene por qué sentirse diferente. Si a ti no te gustaba, a él tampoco. De hecho, si tuviste la suerte de contar con unos padres pacientes que no te gritaban, con más razón debes aprender a no hacerle pasar por esa experiencia a tus retoños.

7. Un abrazo puede arreglar más que un grito.

En esos momentos donde no sabes que hacer y estás a punto de perder la cabeza, lo mejor es tomar tu hijo entre tus brazos. El calor de tu cuerpo poco a poco lo irá relajando hasta el punto de calmar su incomodidad. Al principio cuesta un poco, depende también de la edad que tenga lo aceptará mejor o peor, pero siempre funciona.

Haz la prueba a ver cómo te va.

La buena salud emocional de tus hijos vale la pena el esfuerzo.

¿Agregarías algún otro consejo? Deja tus COMENTARIOS y no olvides COMPARTIR esta nota con todos tus amigos.

DEJANOS SABEN TU OPINION
TE LO RECOMENDAMOS
TU PUEDE INTERESAR