7 Formas de cambiar tu actitud frente a la vida

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A veces, no contamos con las circunstancias deseadas y apropiadas para cambiar, al menos, no tan rápido como nos gustaría. Difícilmente podemos ir al trabajo sin sufrir atascos de tráfico o estar como sardinas en lata en el metro; no podemos cambiar a una mala persona, así como tampoco podemos borrar el pasado.

El camino más rápido para sentirnos mejor es cambiar de actitud ante la vida, en lugar de vivir en la decepción y el resentimiento, hay que ver el lado bueno de las cosas. Sólo tienes que elegir y empezar a ver ese lado, pero conseguirlo no será fácil. El entrenador personal y blogero Marc Chernoff nos ofrece algunos consejos sobre cómo aprender a hacerlo y conseguirlo. En Buenamente.com creemos que esto te puede ayudar.

1. Para empezar, calma la mente

Para controlar los pensamientos es necesario aprender a identificarlos. Vamos a intentarlo: respira profundo y libera tu mente de toda conversación. Crea un espacio para algo nuevo e inusual. Sí, tómate un descanso.

No digas que no puedes o que ya no tienes tiempo. Sí, todos los días tienes que vencer esa pequeña batalla. Se necesitan descansos cada día. Recuerda que, si no te relajas, poco a poco, como un susurro continuo, te irás desgastando.

El descanso debe estar presente de forma regular, eligiendo el momento adecudado para sentarte tranquilamente, en silencio, viéndote a ti mismo determinando qué pensamientos se acumulan en tu cabeza. Lo más importante será entender esos pensamientos que tienes, y si estos vienen influenciados por todo lo que te rodea. Tómate tu tiempo, incluso, si no pudiste darte cuenta a la primera de esos pensamientos, no le des importancia. Lo principal ahora es empezar.

2. Poco a poco, pero deliberadamente, renuncia a esos malos pensamientos

Una vez que hayas aprendido a entender e identificar tus pensamientos y emociones, tómate tu tiempo para aprender a cambiarlos conscientemente, girando tu atención de un pensamiento a otro: Detecta la idea que te bloquea y reemplázala por otra inspiradora, útil.

Las situaciones desesperadas no suceden. Hay personas que creen que no hay escapatoria. No dejes que pensamientos sombríos te hagan la vida sombría y triste. Poco a poco, tienes que reemplazar esas malas ideas por otras buenas, y la realidad también va a cambiar con el paso del tiempo.

Los pensamientos definen nuestro estado de ánimo. De nuestra mente nacen los sueños más salvajes que puedes imaginar. Es por eso que tienes que examinar cuidadosamente lo que pasa en tu cabeza, ver qué es útil y qué no lo es. Básicamente, por encima de todo, hay que hacer esta reflexión; aunque en un principio no te funcione, lo importante es intentarlo y, con el tiempo, acostumbrarte a hacerlo.

3. Deja de lado las preocupaciones, al menos, por un momento

Dentro de cada uno de nosotros existe otro «yo» que siempre está en paz. Él aparece cuando dejamos de lado las preocupaciones.

Nuestro mundo no depende de condiciones externas. Puedes encontrar la paz en cualquier lugar, en cualquier momento, lo importante es ser tú mismo, sentirte completo, física y emocionalmente, disfrutar de donde estás ahora.

Y esto será complicado al principio. Pero no te rindas: culmina ese momento del día o de la mitad del bullicio en casa, siente que está ahí tu otro yo, el que habita en paz.

4. Di «gracias»

Imagina que no existieran fábricas, ni periódicos, ni barcos de vapor; hechos como éste no deben ser motivo suficiente para impedirte llevar una vida feliz y valorar todo lo que te rodea.

Sé agradecido, tanto para lo bueno como para lo malo. Cada uno de nosotros cuenta con millones de oportunidades, pero hay que entender que nadie nunca va a disfrutar del don de saberlo todo.

Siempre hemos sido y seremos sólo una parte de un todo más grande, y por lo tanto, somos siempre únicos. Todo pasa por ser capaces de apreciar aquello que ya conocemos, como aquello que todavía no entendemos. Se trata de apreciar las enormes oportunidades con las que contamos.

Porque la vida no será siempre exactamente como quieres, necesitas entenderla y aceptarla tal y como es.

5. Reconoce que las dificultades te sirven, te son útiles

La felicidad, la pasión o el éxito rara vez se logra simplemente chasqueando los dedos, sin una lucha previa. Si el camino es demasiado fácil, tal vez, circulas en sentido contrario. Los desafíos siempre te ayudan a crecer, aunque en ese momento pienses que forman parte de una maldición. La dificultad directa, afrontada de forma correcta, sí que te mejora. Pero claro, todo requiere de tiempo, sí, mucho tiempo.

A veces parece como si no fuera así, como si quisieras acelerar ese tiempo. Pero, ciertamente, las dificultades forman parte de tu vida, hay que afrontarlas en el camino hacia el sueño. Por eso, en ese camino, a veces, encuentras una parada en pleno infierno.

Algunos dicen: «La noche es oscura antes del amanecer». ¡Es verdad! La noche más dura, por lo general, precede al más grande de los milagros.

6. Aprende a ver cada final como el principio de algo nuevo

Todo termina tarde o temprano, y también es importante reconocerlo.

Debes aprender a cerrar la puerta, a pasar la página y seguir adelante. No importa cómo lo llames. Lo importante es dejar el pasado en el pasado y disfrutar del presente.

El fin no es el fin en sí mismo, sino ese lugar donde comienzas de nuevo. Esta es la última página de un capítulo, pero el comienzo de otro nuevo y mejor.

7. Cuando todo va mal, pide ayuda a tu cuerpo

La razón depende del cuerpo y viceversa. La primera responde a la tensión muscular, a la frecuencia respiratoria, al caminar. Del mismo modo, el cuerpo depende de los pensamientos y sentimientos, reacciona al estado de ánimo e incluso a las palabras que utilizamos para expresarnos.

Esto significa que uno se puede controlar a través de otro. Así, si todo sale mal, si no está bien puesto el foco, si no funciona, utiliza de forma astuta tu cuerpo para corregirlo y transformarlo.

Imagina por un momento, cuando te invaden malos pensamientos... Allí, cuando estás con los hombros encorvados, cuando la respiración se interrumpe, cuando estás frunciendo el ceño. Trata de sentarte ahora... ¿Qué sientes?

Ahora actúa buscando todo lo contrario, del pesimismo al optimismo: Siéntate con la espalda recta y sonríe, respira profundamente, exhala un par de veces, estírate bien. ¿Y ahora, qué sientes?

Nuestro cuerpo es una herramienta a nuestro alcance a través del cual tú puedes cambiar tu actitud ante la vida en un minuto. Puede que el resultado no perdure en el tiempo, pero al menos te animará. Todo esto te será útil si eres capaz de aplicarlo. Funcionará.

POSDATA

Lo he dicho antes y lo diré de nuevo: lo que está sucediendo en tu cabeza es, en gran medida, la mayor parte del conflicto. En realidad, nunca sucederá. Y si permites que esos pensamientos se asienten en tu cabeza, estás perdiendo lo más valioso que tienes: la paz, la alegría, el tiempo y, en última instancia, la vida. Te encuentras al borde de un ataque de nervios, caminas por la pendiente río abajo hacia la depresión. Lo sé porque yo estuve allí.

Francamente, la vida está llena de cuestiones sobre las que somos capaces de tomar el control. Por ejemplo, podemos decidir en qué gastar nuestro tiempo, con quién relacionarnos, con quién compartir nuestra vida, dinero y energía. Podemos elegir palabras y el tono de voz para hablar con los demás. Podemos escoger qué comer, leer y estudiar cada día. Podemos elegir cómo responder a los fallos.

Y lo más importante: podemos elegir cómo hacer frente a la vida. Y de esto depende, en última instancia, todo lo demás.

Fuente: marcandangelPortada: Austin ThomasTraducción y adaptación: Buenamente.com

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